Alimentación para perros con IBD

La IBD es una patología que cada vez más sale a la luz gracias a que la ciencia avanza y se indaga más en el diagnóstico de las mascotas por el gran aprecio que como propietarios les tenemos. Igual de importante será el tratamiento dietético en esta tediosa patología que el médico. Si estás leyendo esto es porque te puedes un perro con esta patología y estás buscando cuál puede ser la mejor alimentación. Te lo explicamos todo en detalle.

¿Qué es la enfermedad inflamatoria intestinal o IBD?

La enfermedad inflamatoria intestinal o IBD se caracteriza por como bien su nombre indica una inflamación del tracto intestinal. Se produce la inflamación de la mucosa (parte más interna del aparato digestivo) del intestino delgado y grueso. Normalmente se mantienen en el tiempo, se dan de forma crónica.

Lo que ocurre es que la alteración de la mucosa intestinal da lugar a un fallo en la asimilación de nutrientes que quedan en la luz intestinal y no se absorben (se retiene agua y por lo tanto hay diarrea).

Origen de la enfermedad inflamatoria intestinal en perros

El origen de la IBD se debe a reacciones de hipersensibilidad del propio cuerpo a antígenos. Se caracteriza por padecer signos persistentes de enfermedad digestiva asociada a la inflamación del intestino delgado o grueso. Suele ir acompañado de vómitos.

La enteritis linfoplasmocitaria es la causa más común de IBD en perros y una de las causas más frecuentes de vómitos y diarreas. Se caracteriza por una infiltración celular linfocítica y plasmocitaria (tipos celulares de defensa) que pueden deberse a: Giardia (parásito), sobrecrecimiento bacteriano, enteritis regional, linfosarcoma.

Hemos visto que algunas de las enfermedades incluidas en este grupo parecen tener una base genética, ya que afectan en mayor porcentaje a determinadas razas. Además de las mencionadas, destaca el Pastor Alemán.

Pronóstico y objetivos del tratamiento

Cuando hablamos del pronóstico de la enfermedad inflamatoria crónica intestinal canina tenemos que tener en cuenta de que se trata de una enfermedad que generalmente no tiene cura. Pero a pesar de eso, en la mayoría de los casos el pronóstico es favorable, ya que se consigue una mejoría de los signos clínicos. No obstante, el pronóstico puede ir de bueno a reservado, depende de varios factores.

En cuanto a los objetivos del tratamiento, se pretende controlar la respuesta inmunológica local. Por lo que este irá enfocado a neutralizar la respuesta anómala que el sistema inmune está teniendo contra el propio organismo.

Un correcto manejo dietético es esencial. Una dieta con la proteína muy hidrolizada será imprescindible, que se complementa con farmacoterapia, antibioterapia y algún suplemento que en los apartados siguientes explicaremos.

Tratamiento para la IBD en perros

El tratamiento de esta patología suele ser largo si no de por vida. Se deberá obtener una biopsia intestinal para determinar la celularidad. Se prescriben antibióticos como el metronidazol durante mes y medio.

El siguiente paso si no responde a antibióticos será recurrir a fármacos inmunosupresores. En perros se usará la prednisona (o azatioprina/ciclofosfamida) y cada tres semanas se hará disminución de la dosis un 25%.

Esto se combinará como parte esencial del tratamiento con una dieta con la proteína muy hidrolizada de fácil digestión, baja en grasas y fibra y rica en carbohidratos. En siguientes apartados desarrollaremos mejor este punto.

Alimentación necesaria para perros con enfermedad inflamatoria intestinal

Como venimos diciendo, el tratamiento de esta patología no podría llevarse a cabo sin una correcta dieta. Con la dieta hipoalergénica antes descrita, conseguiremos que disminuya la presión osmótica y que perdamos así nutrientes necesarios. La dieta debería ser moderadamente baja en grasa (menor al 15% materia seca MS) para limitar los efectos de cualquier malabsorción de la misma.

Además de los cambios en la alimentación, es posible completar el tratamiento recurriendo a complementos alimenticios. Por ejemplo, destaca la vitamina B12 o cobalamina, ya que es habitual que el perro enfermo no consiga absorberla bien, por lo que será deficiente.

Debería pues esta dieta hipoalergénica contener cantidades generosas de vitaminas hidrosolubles y liposolubles, y minerales esenciales. El suplemento de vitaminas/minerales puede no ser crucial en la fase temprana de diagnóstico, pero es esencial para el mantenimiento. Los productos multivitamínicos humanos están recomendados.

Debemos cuidar en cuanto al tratamiento la calidad y proporción de ácidos grasos (omega 3: omega 6 en proporción 1:5/1:10). La alimentación con ácidos grasos insaturados los cuales se encuentran en aceites de pescado marino puede reducir la inflamación (Hillier et al., 1991).

Los prebióticos o probióticos son otros suplementos recomendables para el tratamiento de estas patologías. Se pueden obtener en forma de polvos, pasta, etc. Administrados una vez al día durante varias semanas asegura una mejora en la microbiota intestinal. Hay ocasiones en las que se realiza trasplante fecal por endoscopia en íleon o colon para reestablecer así la flora intestinal.

Piensos para perros con IBD

Aunque teóricamente cualquier pienso hipoalergénico podría encajar en esta patología, recomendaré las dos marcas que por buena calidad trabajamos en mi equipo. Estas son Royal Canin y Hills. El tratamiento nutricional con este pienso puede administrarse de por vida.

Tanto una marca como otra tiene muy parecidas características. Veamos a continuación las especificaciones de las mismas;

  • Las proteínas hidrolizadas aseguran una alimentación hipoalergénica.
  • Los ácidos grasos omega-3, EPA y DHA, contribuyen a controlar las inflamaciones intestinales.
  • La función protectora de la piel se ve fortalecida gracias al complejo patentado que contiene aminoácidos y vitamina B.
  • Facilita la digestión: se seleccionan nutrientes que ayudan a regular la digestión.

¿Podemos usar comida casera para tratar la IBD?

La comida casera se suele utilizar durante las fases de exclusión y de transición en las pruebas de sensibilidad a ciertos alimentos ya que el control completo de ingredientes es posible y pueden confeccionarse nuevas recetas.

No obstante, para el mantenimiento la comida casera puede no ser conveniente y resultar nutritivamente incompletas, al contrario de dietas hipoalergénicas comerciales como las antes descritas.

Sea cual sea tu idea final a cerca de la dieta que vas a dar a tu mascota, te recomiendo que acudas a tu veterinario de confianza para que te asesore a cerca de la misma. Es un especialista y sabrá qué recomendar en cada caso.