Los perros son animales carnívoros que deben basar su dieta en proteínas de origen animal procedentes de la carne o del pescado. Pero, ¿los perros pueden comer corazón o hígado de pollo? Explicamos si podemos darle vísceras a nuestro perro en el siguiente artículo.
Beneficios de las vísceras del pollo para los perros
Entendemos por vísceras los órganos internos blandos, como el corazón o el hígado de pollo. Ambos resultan una buena fuente de proteínas, grasas, ácidos grasos omega 3 y 6, minerales como el hierro, el potasio o el fósforo y vitaminas como la A o la C. Por lo tanto, los perros sí pueden comer corazón o hígado de pollo y de otros animales, como el cerdo o el cordero.
Las vísceras de pollo se recomiendan especialmente por su porcentaje de colesterol más bajo. Además, son económicas, aunque en algunos lugares hay que adquirirlas por encargo. Debemos procurar escoger vísceras de calidad, frescas y naturales, para aprovechar sus beneficios nutricionales. Su consumo estará especialmente indicado para aquellos ejemplares en crecimiento.
También son buenas para perras durante el periodo de gestación o de lactancia, perros que desarrollan una gran actividad física, al favorecer la musculatura, o aquellos a los que se les ha diagnosticado una anemia, como complemento al tratamiento prescrito por el veterinario. Pero aunque se trate de alimentos beneficiosos para los perros, hay que ofrecerlos con cuidado, ya que no todos los ejemplares tendrán la misma tolerancia.
¿Vísceras crudas o cocinadas?
En la actualidad, dietas como la BARF muestran que los perros pueden comer corazón o hígado de pollo en crudo. Pero, para prevenir la presencia de parásitos, la recomendación es congelar las vísceras con anterioridad o mejor aún, darles un ligero cocinado. Si las congelamos, tan solo tendremos que sacarlas del congelador con la antelación suficiente.
Hígado y corazón de pollo en la dieta del perro
Tanto el hígado como el corazón pueden darse directamente a los perros. Solo hay que trocearlos a un tamaño suficiente como para evitar atragantamientos o utilizarlos como ingredientes en diferentes platos. Por ejemplo, podemos preparar una mezcla de carnes y vísceras o añadir el hígado o el corazón a un plato de arroz con o sin zanahoria cocida.
Ambas vísceras pueden cocinarse en agua hirviendo durante un par de minutos, según prefiramos que estén más o menos hechas. También pueden saltearse en sartén o plancha con una cucharada de aceite de oliva. En cualquier caso, debemos asegurarnos de que están frías o tibias antes de dejar que el perro las coma.
Pueden condimentarse con un chorro de aceite de oliva, pero nada de sal, salsas ni mucho menos debemos añadir ningún tipo de empanado. Comienza dando una pequeña cantidad y, si no detectas ningún efecto adverso, como heces blandas, significará que tu perro puede comer corazón o hígado de pollo otra vez.
¿Cuánta cantidad de corazón o de hígado puede comer un perro?
En las dietas a base de comida casera para perros será el experto en nutrición quien marque las cantidades a añadir a cada receta, así como la frecuencia de su consumo. Son datos que van a depender de las características de cada perro. Si, al contrario, a nuestro perro le damos un menú comercial, sus necesidades nutricionales estarán cubiertas.
En ese caso podemos utilizar las vísceras como un complemento o un premio. La cantidad, entonces, no podrá exceder el 10 % de la ración diaria recomendada para el perro. Un exceso en el consumo de hígado puede provocar una patología conocida como hiperavitaminosis A, es decir, un exceso de esta vitamina en el organismo.
Esta hipervitaminosis provoca intenso picor y puede llegar a causar una intoxicación. Por lo tanto, nuestro perro puede comer corazón o hígado de pollo siempre que estemos hablando de un consumo moderado y no como alimento único. Tampoco se recomienda dar vísceras todos los días. Una o, como mucho, dos veces a la semana puede ser una buena guía de referencia.
Receta de galletas de hígado o de corazón de pollo para perros
Una alternativa original y útil si nuestra intención es dar las vísceras a modo de premio es incluirlas en unas galletas. Podemos llevarlas encima para recompensar y reforzar las buenas acciones de nuestro perro dentro y fuera del hogar. Es posible prepararlas solo de corazón, solo de hígado o mezclando ambas vísceras.
Hay que cocerlas y, una vez se enfríen, triturarlas. Se añade a la pasta resultante un huevo, un chorrito de aceite de oliva y una cucharada de yogur natural sin azúcar. Cuando hayamos conseguido una masa homogénea, añadiremos harina hasta obtener la consistencia necesaria como para hacer las galletas.
La masa tiene que poder extenderse con facilidad y cortarse según las formas que queramos. Después, solo hay que disponerlas sobre papel vegetal en la bandeja del horno y dejar que se hagan durante unos 10-15 minutos a 180 ºC. Una vez hechas, solo falta que se enfríen para que tu perro pueda probarlas. Recuerda, con moderación.