El limón es una fruta con múltiples propiedades beneficiosas para nuestro organismo, pero también es muy ácida, por eso no suele ser muy apreciada por los perros, aunque hay excepciones. Pero, ¿es apto el limón en la alimentación canina? A continuación te explicamos si los perros pueden comer limones.
¿A los perros les gustan los limones?
El limón es un cítrico muy popular y utilizado en la alimentación humana como parte de comidas y de bebidas. En cambio, no suele añadirse a la dieta de los perros. En primer lugar, la acidez de esta fruta hace que no sea muy apreciada por ellos. La pulpa de los limones y su zumo son ácidos y la cáscara amarga.
Por este motivo es probable que si le acercamos un limón a nuestro perro, este lo rechace. Lo mismo pasará si le ofrecemos agua con limón. No es que le haga daño, pero, simplemente, le resultará desagradable. Algunos ejemplares pueden probarlo una vez y ya no volver a quererlo.
Por ello, no tenemos que forzar al perro a que lo consuma. Además, otra razón para no incluir el limón en la alimentación canina es que su piel contiene algunas sustancias que pueden resultar tóxicas para los perros. Así, si se da el caso de que nuestro perro es un amante de esta fruta, podrá tomar limón siempre que le retiremos la piel.
Propiedades nutricionales del limón
Si coincide que nuestro perro es de los que disfruta de este cítrico, incluir el limón en la alimentación canina le va a proporcionar diferentes beneficios nutricionales. Así, el limón es una fruta rica en vitamina C y en antioxidantes. También es apreciable su contenido en fibra.
Por otra parte, son diferentes ácidos orgánicos los que le dan al limón su sabor ácido, como el acético, el cítrico, el málico o el fórmico. Esta característica es la que suele desagradar a los perros, además de lo que para ellos es un fuerte olor, mucho más penetrante que para nosotros debido a su gran olfato.
Si es el caso de tu perro, puedes buscar otras frutas o verduras de su gusto que le aporten las mismas vitaminas y fibra que el limón. Son ejemplos clásicos la manzana o la zanahoria, pero hay otras muchas opciones aptas entre las que elegir.
Darle limón a los perros ¿Es buena idea?
En general, el limón no acostumbra a incluirse en la alimentación canina. Por eso no se habla ni de cantidades adecuadas ni de formas de introducirlo en el menú de nuestro perro. Es raro que lo pidan y, además, sus beneficios nutricionales pueden ser suplidos por otros alimentos más apetecibles para los perros.
Por eso el limón no se tiene en cuenta en el menú canino. Si el perro lo demanda podemos darle un pequeño trozo de la pulpa, sin nada de piel. Evita darle limón a tu perro simplemente para divertirte con su reacción.
Motivos para no darle limón a un perro
El principal problema del limón en la alimentación canina está en su piel. Esta contiene distintas sustancias, como determinados aceites esenciales, que resultan tóxicos para los perros. En concreto, su consumo podría provocar problemas a nivel digestivo, como vómitos o diarreas. Pero también es posible que desencadene reacciones dermatológicas.
Además, son posibles los signos clínicos sistémicos, como la pérdida del apetito o la apatía. Por eso si has visto que tu perro ha ingerido esta parte del limón o lo sospechas, deberías vigilar cómo se encuentra y acudir al veterinario de detectar alguno de los síntomas que hemos mencionados.
De todas formas recuerda que estos trastornos se relacionan solo con la piel del limón y que es raro que los perros se coman uno voluntariamente. Pueden ser excepciones los cachorros, ya que están en una fase de máxima exploración y se van a meter en la boca todo lo que encuentren. El resto del limón se considera apto para los perros y no supone ningún riesgo de intoxicación.
Limón como repelente casero
Por último, si no incluimos el limón en la alimentación canina, es bueno saber que sí podemos utilizarlo como repelente, muy sencillo de preparar en casa. Tan solo tienes que hacer un zumo de limón y diluirlo en un par de vasos de agua. El olor acostumbra a desagradar a los perros, al ser bastante fuerte.
Por eso si pulverizamos las zonas donde no queremos que orine o pase, propiciamos un efecto repelente. Eso sí, habrá que repetir las aplicaciones, sobre todo en los casos en los que el perro se haya acostumbrado a orinar en una zona determinada. Además, se considera que el limón también puede actuar como repelente de las pulgas.
Para conseguir un repelente casero de este tipo hay que hervir un litro de agua con unas rodajas de limón. Una vez frío, remoja bien a tu perro con este líquido por todo el cuerpo, con cuidado de que no le entre en los ojos. Por supuesto, si a tu perro le desagrada el olor a limón y lo ves inquieto, recurre a otro remedio.